Hoy, en Cultura Raruna, estrenamos sección para exhibir los disparatados y oscuros sueños plasmados en los fascinantes dibujos de un auténtico visionario: Alfred Kubin, ilustrador y escritor austro húngaro amigo de otro de los artistas más rarunos de nuestra era: Franz Kafka. La verdad es que, echando un simple vistazo a su obra, no es difícil imaginar qué es lo que tenían en común: una psique inquietante cargada de fantasía y onirismo. Descrito por otros como «el más raro entre lo muchos raros que ha dado Europa central«, Kubin destacó en el arte de la escritura y la ilustración, pero hoy nos centraremos principalmente en sus espectrales dibujos.
Un autor mentado y atormentado
El mundo «real» no era el escenario favorito de Alfred Kubin, pues la temprana muerte su madre le marcó de por vida, llegando incluso a intentar suicidarse sobre su tumba. Sufrió distintos episodios depresivos agudos a lo largo de su vida. Sus obras, tanto literarias como pictóricas, dejan uno de los legados artísticos más fascinantes del siglo XX, una herencia que, pese a su oscuridad, alumbró el camino de otros rarunos imprescindibles.
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